Él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. E irá delante de Él en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:16-17)
Aquello mismo que Juan el Bautista hizo por Israel, el Adviento (el mes previo a Navidad) puede hacerlo en nosotros. No permita que la Navidad lo halle desprevenido. Me refiero a que se prepare en el sentido espiritual. ¡El gozo y el cambio en su vida serán mucho mayores si está listo!
Para prepararnos…
Primero, meditemos en el hecho de que necesitamos un Salvador. La Navidad, antes de convertirse en un gozo, es una acusación. No tendrá el efecto deseado en nosotros a menos que nos sintamos desesperados por nuestra necesidad de un Salvador. Que estas breves reflexiones de Adviento despierten en usted la sensación agridulce de necesitar al Salvador.
Segundo, emprenda un serio auto examen. El Adviento es a la Navidad lo que la Cuaresma es a la Pascua. «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno». Que cada uno le prepare morada… limpiando su corazón.
Tercero, cree en su hogar un clima de expectativa y entusiasmo enfocado en Dios, en especial para los niños. Si usted está entusiasmado con Cristo, ellos también lo estarán. Si solo puede generar entusiasmo respecto de la Navidad valiéndose de bienes materiales, ¿cómo provocará en los niños una sed por Dios? Concentre toda su imaginación en hacer que la fascinación por la llegada del Rey se vuelva tangible para los niños.
Cuarto, invierta más tiempo en la lectura de las Escrituras, ¡y memorice los pasajes más importantes! «¿No es mi palabra como fuego?», dice el Señor. Reunámonos alrededor de esa llama en esta temporada previa a la navidad. Es cálida y destella con los colores de la gracia. Es sanidad para miles de heridas. Es la luz para las noches oscuras.
Devocional tomado del articulo “Prepare the Way of the Lord!»